El viernes pasado concurrí a mi habitual sesión de masajes, a decir verdad me costó decidir si era conveniente asistir o no, ya que la altura del mes amerita un necesario recorte en los gastos. Sin embargo y haciendo caso omiso a los reclamos de mi lado práctico, fui, convencida de que se trataba de una inversión que no tiene precio en cuanto a la mejoría física y espiritual que logro alcanzar después de cada encuentro con Silvia. Al llegar le manifesté esta disyuntiva que se presentaba cada vez que debía realizar algún gasto “extra víveres” o “extra impuestos” y simultáneamente divisé una caja sobre la mesa que tenía inscripta la siguiente frase “TODO LO QUE ESTA ACA ADENTRO EXISTE”, mi curiosidad de ariana con ascendente en géminis no sabe de recatos ni de los límites de la discreción, por lo que no me fue difícil preguntarle de qué se trataba: “es una caja de la abundancia” me respondió al tiempo que la abría para descubrir en su interior un recorte de revista que mostraba un fajo de billetes con el epígrafe “dinero en efectivo”. Me explicó que la idea era en primer lugar encontrar una caja que nos resulte atractiva y luego comenzar a buscar en diarios o revistas fotos o frases que tengan que ver con nuestros anhelos (una casa, un auto, una mejoría en nuestra personalidad) e introducirlas dentro de la misma. Esta técnica es una variante innovadora de la milenaria Ley de la Atracción que sostiene que es posible materializar todo aquello que tengamos como objetivo con sólo pensarlo en forma clara e intensa. El hecho de visualizar “la” casa o “el” auto soñado dentro de la caja no hace más que reafirmar nuestras intenciones y ayudar a potenciar los pensamientos en nuestra mente. Por otro lado hay que recordar que lo importante es lograr enfocarnos en lo que deseamos y no en lo que no queremos para nuestras vidas, porque de hacerlo así estaríamos atrayendo precisamente aquello que preferimos mantener lejos. No estamos en esta vida para lograr que el mundo sea como nosotros pretendemos, lo que si podemos hacer es crear a nuestro alrededor el mundo que nosotros elijamos. Para coronar esta productiva sesión, en lugar de la música usual, Silvia eligió un CD del médico indio Deepak Chopra en el cual explica los “secretos” de la abundancia en forma de leyes. En el mismo, Chopra reafirma los conceptos antes mencionados y resalta como lo hace invariablemente en cada uno de sus libros los beneficios de la Meditación Trascendental.
La Meditación Trascendental no es una religión, no tiene una estructura teológica, no es una ideología ni un tipo de proceso mágico, sino simplemente una técnica mental que añadimos a nuestra actividad diaria normal. Su fundador es Maharishi Mahesh Yogi. Es una técnica que permite a la mente consciente experimentar de modo creciente estados de pensamiento más sutiles hasta alcanzar la fuente del pensamiento, la reserva ilimitada de energía e inteligencia creativa. La MT libera energía bloqueada, reconcilia la mente y el cuerpo que nuestro actual estilo de vida enfrenta permanentemente impidiendo la plena realización de nuestras potencialidades. La psicología nos enseña que este bloqueo es la resultante de un mecanismo de defensa frente a la tensión y las angustias que provoca el mundo social distorsionado por la incontenible expansión tecnológica. Las ilusiones que suscita el mundo contemporáneo impiden que la gente tome contacto con su realidad, con la realidad básica de su ser, que es su cuerpo. En el proceso de la MT la persona abandona el control que logra con sus mecanismos de defensa (contracturas musculares a distintos niveles) y encuentra niveles de pensamiento más calmos con el correspondiente estado de relajación física.
La Meditación Trascendental utiliza como vehículo un mantra de dos sílabas impartido por un Instructor autorizado que en forma previa entrega un completo cuestionario con el fin de interiorizarse en algunos aspectos de nuestra salud mental y física. En el año 1995 en la ciudad de Mar del Plata, la Instructora Ana Maria Rivas fue la encargada de iniciarme a esta técnica. Trece años más tarde lamento no haberla aprovechado en forma completa, ya que mi poca constancia va en detrimento de algunos hábitos que debería haber incorporado. Indudablemente, la experiencia vivida en la casa de Silvia y las constantes señales recibidas me indican que es hora de volver a traer la MT a mi vida. Tómalo o déjalo. ...
sábado, 3 de mayo de 2008
Conociendo a mi "Maestra"
"No poseas, no te vuelvas un poseedor de personas ni de cosas; úsalas simplemente como un don del universo... cuando estén disponibles, úsalas: cuando no estén disponibles disfruta la libertad.
Cuando tengas algo, disfrútalo, cuando no lo tengas disfruta no teniéndolo: eso también tiene su propia belleza...
Si tienes un palacio donde vivir; disfrútalo! si no lo tienes, entonces disfruta una choza y la choza se vuelve un palacio. Es el disfrutar lo que marca la diferencia, entonces, vive bajo un árbol y disfrútalo... no te pierdas el árbol y las flores y la libertad y los pájaros y el aire y el sol. Y cuando estás en un palacio, no te lo pierdas... disfruta el mármol y los candelabros.
Disfruta allí donde estés y no poseas nada. Nada nos pertenece. Venimos al mundo con las manos vacías y nos vamos del mundo con las manos vacías. El mundo es un don, así que disfrútalo mientras está allí. Y recuerda, el Universo siempre te da lo que necesitas." (Osho)
Esta frase la escuché por primera vez allá por el año 1994, cuando por una de esas “casualidades” de la vida conocí a Ana María Rivas, mi Instructora de Meditación Trascendental y Maestra de Reiki. Yo había viajado a La Plata desde mi lugar de residencia de entonces, Mar del Plata. El objetivo era visitar a mi mamá y a un prestigioso endocrinólogo que podía echar luz sobre el hipotiroidismo que me tenía a maltraer por haber sido medicada en forma errónea por otro profesional. Si bien iban a ser pocas las horas en las cuales permanecería en La Plata, luego de la entrevista con el médico me quedaba la tarde libre. Conversando con mi mamá en la cocina de la casa me enteré que Enrique, el vecino, era maestro de “Reiki”, claro que yo no sabía de qué se trataba, ni siquiera tenía una vaga noción. Como por ese entonces me encontraba atravesando un momento difícil en lo afectivo y en lo relativo a mi salud quise tener una consulta con él. Llamamos para pedir un turno pero no lo conseguimos, ya que no tenía lugar hasta la próxima semana. Horas más tarde llamó la secretaria para informarnos que alguien había cancelado y que Enrique podría atenderme. La experiencia en el consultorio amerita un capítulo aparte, lo curioso del caso es que al día siguiente, cuando llegué a Mar del Plata, decidí comprar el diario y mientras desayunaba lo abrí en una página que contenía el siguiente aviso: "Por primera vez en Mar del Plata conferencia de Reiki".
En este 13 de Octubre de 2004 (un mes antes de la peor crisis sentimental que experimenté en mi vida) conocí a la persona que me abrió las puertas al mundo espiritual y diez días más tarde estaba tomando el seminario de Reiki en un hermoso lugar frente al mar, el departamento en Playa Grande de Ana María Rivas, mi maestra hasta el día de hoy. Hace mucho tiempo que no nos vemos pero no me extrañaría que este escrito llegue a sus manos: En qué andarás Ana querida? Por qué caminos estarás desplegando tu magia?. Nunca me olvido cuando me presentabas y decías “ella es astróloga” y yo pensaba: “ay, no, no me lo merezco”. Ahora soy “la” astróloga de Bahía, ya van 7 años de trabajar en la radio y todo el mundo me conoce como tal. Fuiste la luz que llegó a mi vida en el momento más angustiante y oscuro. El 94 fue el año en el que me rompieron el corazón a pedazos pero también en el que tuve la posibilidad de conocerte a vos. Y de tu mano al Reiki, la MT, la homeopatía, los libros de Deepak Chopra, la música Gandharva, y tantas otras cosas… Gracias Ana, desde lo mas profundo de mi corazón. Te mando un beso grande y entiendo que no hace falta el consabido “te quiero mucho”, es que para vos no alcanza porque yo te quiero como solo se puede querer a una amiga del alma y eso jamás podrá ser aprisionado en unas cuantas letras.
Cuando tengas algo, disfrútalo, cuando no lo tengas disfruta no teniéndolo: eso también tiene su propia belleza...
Si tienes un palacio donde vivir; disfrútalo! si no lo tienes, entonces disfruta una choza y la choza se vuelve un palacio. Es el disfrutar lo que marca la diferencia, entonces, vive bajo un árbol y disfrútalo... no te pierdas el árbol y las flores y la libertad y los pájaros y el aire y el sol. Y cuando estás en un palacio, no te lo pierdas... disfruta el mármol y los candelabros.
Disfruta allí donde estés y no poseas nada. Nada nos pertenece. Venimos al mundo con las manos vacías y nos vamos del mundo con las manos vacías. El mundo es un don, así que disfrútalo mientras está allí. Y recuerda, el Universo siempre te da lo que necesitas." (Osho)
Esta frase la escuché por primera vez allá por el año 1994, cuando por una de esas “casualidades” de la vida conocí a Ana María Rivas, mi Instructora de Meditación Trascendental y Maestra de Reiki. Yo había viajado a La Plata desde mi lugar de residencia de entonces, Mar del Plata. El objetivo era visitar a mi mamá y a un prestigioso endocrinólogo que podía echar luz sobre el hipotiroidismo que me tenía a maltraer por haber sido medicada en forma errónea por otro profesional. Si bien iban a ser pocas las horas en las cuales permanecería en La Plata, luego de la entrevista con el médico me quedaba la tarde libre. Conversando con mi mamá en la cocina de la casa me enteré que Enrique, el vecino, era maestro de “Reiki”, claro que yo no sabía de qué se trataba, ni siquiera tenía una vaga noción. Como por ese entonces me encontraba atravesando un momento difícil en lo afectivo y en lo relativo a mi salud quise tener una consulta con él. Llamamos para pedir un turno pero no lo conseguimos, ya que no tenía lugar hasta la próxima semana. Horas más tarde llamó la secretaria para informarnos que alguien había cancelado y que Enrique podría atenderme. La experiencia en el consultorio amerita un capítulo aparte, lo curioso del caso es que al día siguiente, cuando llegué a Mar del Plata, decidí comprar el diario y mientras desayunaba lo abrí en una página que contenía el siguiente aviso: "Por primera vez en Mar del Plata conferencia de Reiki".
En este 13 de Octubre de 2004 (un mes antes de la peor crisis sentimental que experimenté en mi vida) conocí a la persona que me abrió las puertas al mundo espiritual y diez días más tarde estaba tomando el seminario de Reiki en un hermoso lugar frente al mar, el departamento en Playa Grande de Ana María Rivas, mi maestra hasta el día de hoy. Hace mucho tiempo que no nos vemos pero no me extrañaría que este escrito llegue a sus manos: En qué andarás Ana querida? Por qué caminos estarás desplegando tu magia?. Nunca me olvido cuando me presentabas y decías “ella es astróloga” y yo pensaba: “ay, no, no me lo merezco”. Ahora soy “la” astróloga de Bahía, ya van 7 años de trabajar en la radio y todo el mundo me conoce como tal. Fuiste la luz que llegó a mi vida en el momento más angustiante y oscuro. El 94 fue el año en el que me rompieron el corazón a pedazos pero también en el que tuve la posibilidad de conocerte a vos. Y de tu mano al Reiki, la MT, la homeopatía, los libros de Deepak Chopra, la música Gandharva, y tantas otras cosas… Gracias Ana, desde lo mas profundo de mi corazón. Te mando un beso grande y entiendo que no hace falta el consabido “te quiero mucho”, es que para vos no alcanza porque yo te quiero como solo se puede querer a una amiga del alma y eso jamás podrá ser aprisionado en unas cuantas letras.
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